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El 20 de junio de cada año, el mundo conmemora el Día Mundial del Refugiado, una fecha en la que se rinde homenaje a las personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares. Se celebró por primera vez, a nivel mundial, el 20 de junio de 2001, en conmemoración del 50 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
Cada año, distintos países alrededor del mundo llevan a cabo eventos como muestra de apoyo hacia las poblaciones refugiadas y desplazadas. Las propias personas refugiadas lideran o participan en las actividades, junto con las comunidades de acogida, niñas y niños en edad escolar, personas de la función pública, empresas, celebridades y el público en general.
Este año 2024, el Día Mundial del Refugiado se centra en la solidaridad con las personas refugiadas, por un mundo en el que se les dé acogida.
Las personas refugiadas necesitan nuestra solidaridad ahora más que nunca. Solidaridad significa mantener nuestras puertas abiertas, celebrar sus puntos fuertes y sus logros, y reflexionar sobre los retos a los que se enfrentan.
En este sentido desde la Fundación ADEY hemos destinado históricamente recursos para paliar esta situación, con proyectos de cooperación alrededor del mundo.
En 2021 destinamos 20.000 € junto con ACNUR, para la Protección y ayuda de emergencia para la población Afgana. El objetivo inicial era la protección internacional de 41 familias afganas desplazadas y/o refugiadas a través de la dotación de refugios y artículos no alimentarios de emergencia para su seguridad y dignidad mientras se encuentren en situación de movilidad.
Entre los años 2022-2023 en conjunto con la ONG Entreculturas, destinamos 120.000 € en Etiopía para dar acceso a procesos de alfabetización y sensibilización a personas refugiadas somalíes en situación de vulnerabilidad, en los campos de Bokolmanyo, Kobe y Melkadida, con especial atención a mujeres y niñas.
¿Qué significa ser un refugiado?
Una persona refugiada es aquella que es obligada a dejar su país debido a problemas internos, como conflictos armados, persecuciones y todo tipo de violencia.
Son muchas las razones por las cuales las personas refugiadas deben comenzar sus vidas en lugares alejados de sus familiares y de la patria que los vio nacer. Los motivos más comunes de persecución son por temas políticos, religiosos, sociales, raciales y hasta sexuales y de no dar este paso decisivo, pueden incluso poner en riesgo sus vidas.
Entre los derechos que se establecen en la Convención de 1951, se destacan los siguientes:
- El derecho a no ser expulsado del país donde se le da acogida al refugiado, a excepción de casos particulares y que están previamente establecidas en el documento.
- El derecho a no ser penalizado o castigado, si la entrada a un determinado territorio de un estado contratante se hace de forma ilegal.
- El derecho a un empleo remunerado, a la vivienda y a la educación pública.
- El derecho a recibir asistencia médica gratuita y el derecho a la libertad de culto.
- El derecho al libre tránsito dentro del territorio, así como a la emisión de documentos de identidad y de viaje.
Lo más importante en todos los proyectos que acometemos es el impacto positivo que conseguimos gracias al esfuerzo e inversión realizadas. De esta manera, sumamos nuestro pequeño granito de arena en conflictos que permanecen aún activos como la guerra en Ucrania, para lo cual destinamos 50.000 € en 2022, gracias a la cual se atendieron las necesidades básicas de cientos de familias ucranianas refugiadas en España.